ISABEL PROPONE CREAR UN PARTIDO DE TIPO HUMANISTA

Capítulo 43

               En la capital, una vez que reanudaron las clases en la Universidad, la crisis se agudizaba aún más, los despidos de trabajadores eran masivos, los más afectados eran los nuevos profesionales que no conseguían emplearse, ante esta situación los estudiantes y docentes universitarios se reunieron para tratar este tema, después de varios días de deliberaciones, decidieron manifestarse, en contra de las políticas del gobierno. Indignados ante tanta corrupción, acamparon frente al palacio de gobierno con pancartas de disconformidad contra sus políticas, cuando la prensa se hizo presente, Isabel con un altavoz en la mano se dirigió a la multitud diciendo: Esta crisis se puede solucionar, si existiera voluntad por parte de nuestros gobernantes, desgraciadamente estos políticos son solo muñecos al servicio de las grandes fortunas, buscan sus intereses personales ya sean de izquierdas o de derechas, con falsas promesas engañan al pueblo, necesitamos una tercera fuerza política que ponga orden y equilibrio en el reparto de los bienes que recauda el estado, en beneficio de todos, mejorando las condiciones de vida de sus ciudadanos, esta tercera fuerza política tendrá que ser cien por cien humanista, cuyos dirigentes estén desprovistos de codicia, ambición, explotación, apoderarse de lo ajeno. Es posible lograr que nadie pierda su trabajo, que no se realicen recortes de ninguna índole, ni apretarse los cinturones, para generar ahorro, no es necesario privarse de nada, a mayor consumo habrá más producción, al incrementarse ambos, se recaudarán mayores impuestos que podrán cubrir los servicios sociales y los gastos que sean necesarios para alcanzar un alto grado de progreso y bienestar general.

               Un periodista le pregunta a Isabel si es comunista, ella contestó: Por lo visto todavía hay gente que cree en la falsa propaganda de aquellos que estaban tras los gobiernos comunistas, con las frases “Justicia social”, “El proletariado debe gobernar”, reclutaban incautos jóvenes para esclavizarlos haciéndoles trabajar dieciséis horas diarias con un sueldo de hambre, estos mismos señores veían que la iglesia era un obstáculo para sus oscuros propósitos, encargaron a Carlos Marx escribiera su “Dialéctica materialista” con el fin de aniquilar las religiones, él sabía que era una farsa su teoría porque lo concibió sobre bases totalmente falsas, hechas a medida al servicio de estos multimillonarios, que querían apoderarse del mundo con el nombre de Comunismo, que no es más que un supercapitalismo en manos del estado. Otro periodista le preguntó, cómo se puede frenar esta crisis, si los de la derecha tienen la solución, tampoco ellos tienen la solución decía Isabel, estos están al servicio de los empresarios capitalistas, que son los grandes monopolios que tienen el dominio de la economía mundial, manejan a su antojo el mundo, compran a los gobiernos, si quieren producir crisis la producen ya que no les afecta, solo a la clase trabajadora, quieren sacar de su camino a las medianas y pequeñas industrias, porque les estorban, aunque resulte algo paradójico, estos mismos han apoyado el comunismo, en el fondo los de izquierdas y derechas vienen a ser lo mismo, solo cambian de forma, necesitamos que gobiernen personas justas, que sientan en carne propia lo que es el sufrimiento ajeno, aquellas que saben lo que es pasar necesidades, que no se compran ni se venden, esta es la única manera de solucionar los problemas de una sociedad en decadencia, solo así es posible crear una gran nación de progreso y bienestar común, precisamente de esta palabra deriva el comunismo, sin embargo, han hecho mal uso de este término en beneficio propio y no del bien colectivo como debía ser. Una periodista le pregunta, ¿qué se podía hacer con los que han perdido su trabajo?, Isabel contestó que si el gobierno tiene interés y los parados la voluntad, estos últimos podrían ocupar las casas de los pueblos que están siendo abandonadas, acondicionarlas, dividirse en grupos para realizar diferentes actividades que cubran inicialmente sus necesidades más prioritarias, el de la alimentación y confección de ropa, el resto de la producción llevarlo a los mercados o intercambiarlo con otros productos de consumo, otra periodista preguntó, ¿se puede hacer una transformación pacíficamente para alcanzar mayor justicia social o necesitamos armar a la población para lograr una revolución?, Isabel contestó que ninguna violencia soluciona los problemas, más bien engendra más violencia, además comprando armamento enriquecemos más al enemigo, quienes colocarían más leña al fuego para seguir vendiendo las armas que fabrican, es lógico que si un solo empleado o un grupo de estos se manifiestan, corren el peligro de ser despedidos, en cambio, si todos los trabajadores de las empresas eléctricas se manifestaran con paros, todas las ciudades se quedan en tinieblas, si todos los trabajadores del transporte se declaran en huelga, el país queda paralizado, si todos los trabajadores de todas las empresas se declaran en paro, sería el caos total y los gobiernos se verían obligados a hacer reformas y dictar leyes a favor de estos porque son ellos los que incrementan el capital con su trabajo, así se conseguiría una revolución sin necesidad de llegar a la violencia, lo más difícil sería unificar criterios para que el pueblo se una, es complicado que las personas mayores piensen de diferente manera, están hipnotizados con tanta propaganda que no logran asimilar ni digerir, les resulta más fácil seguir la corriente de las aguas, que caminar en contra de ellas convirtiéndose en una pieza más al servicio de sus opresores, la revolución debe comenzar con uno mismo, cambia el individuo cambia la sociedad, esto que les hablo se está poniendo en práctica en mi pueblo, los parados están preparándose en talleres para aprender distintos oficios para que sean ellos los que produzcan sus alimentos y los enseres que necesitan, nuestra labor prioritaria radica en educar a los niños con ética, con valores humanos porque más tarde serán ellos quienes tomen las riendas y nos gobiernen con justicia.

               En los periódicos salían titulares como, “Isabel propone que gobierne un partido humanista, sería la solución a todos los males que padece una nación”, “líder y portavoz de los universitarios cree que esta crisis es provocada y pone en evidencia los intereses que obstaculizan el desarrollo y bienestar de los trabajadores”, “Estudiante universitaria indignada ante el sistema político, financiero que manejan los gobernantes ya sea de izquierdas o de derechas, favoreciendo siempre a los que más tienen y perjudicando a los que menos tienen”, “Estudiantes universitarios indignados ante el sistema que les gobierna”; así una vez más, Isabel se ganaba la admiración y el apoyo de todo el país y sus intervenciones trascendieron las fronteras, sus discursos era motivo de discusión en diferentes universidades, plazas, empresas, bares, veían en ella como una antorcha de luz que les guiará a una vida mejor.